Las marcadas
desigualdades en la distribución de la riqueza de los países emergentes dan pie
a la hipótesis de que el libre comercio contribuye a la profundización de la
brecha; sin embargo, los defensores a la libre movilidad internacional del
comercio continúan a través de los resultados de las investigaciones explicando
que la reducción de la pobreza solo se puede dar con el crecimiento económico y
para ello, es necesario destrabar el comercio internacional (Pulecio Franco,
2006).
En este sentido, si bien el
comercio internacional basada en la ventaja derivada de la diferencia en la
dotación de factores aporta con una ganancia del consumo agregado (relación
positiva y estable entre el consumo y el ingreso), para el Economista Pulencio
Franco (2006), este beneficio no siempre llega de forma directa a toda la
sociedad; razón comprobada, al observar que los trabajadores no calificados en
los países en vías de desarrollo alcanzan una mejoría en sus ingresos a un grado
mayor que los trabajadores calificados cuando crecen las exportaciones de
bienes que utilizan mano de obra intensiva, aunque la mano de obra calificada,
relativamente, siempre estará mejor pagada (Pulencio Franco, 2006).
En este contexto, existen el
término de rendimientos decreciente mediante el cual la tasa salarial tenderá a
su igualación, dado que el factor móvil o insumo variable (Labor), buscará
siempre desplazarse desde el puesto con salarios más bajos hacia los puestos
con salarios más altos, hasta que la ley de la oferta y la demanda encuentre su
equilibrio (Parkin & Loria, 2010, p. 55).
En este sentido, el Doctor en Economía
de la Universidad de Zaragoza, Pulencio Franco (2006) afirma, que existe un
mayor beneficio relativo para los trabajadores no calificados al liberar la
economía y aumentar las exportaciones de un bien; esta conceptualización,
también coincide con la de Juan Tugones (2012) cuando explica la ventaja
comparativa en la producción, mediante el cual un país con mano de obra
intensiva no calificada de lograr que la demanda de su producto aumente con el
comercio internacional, también logra mejores ingresos que benefician a sus
trabajadores (p. 52).
En los países con capital, pero con
poca mano de obra no calificada, comparado a naciones con mano de obra
intensiva y salarios bajos, se benefician adquiriendo bienes a menor precio
relativo, reduciendo en poca significancia las oportunidades de trabajo de los
trabajadores especializados de su país; sin embargo, compensados al tiempo de
comprar bienes producidos a menor precio (Tugones, 2012, p. 47).
En el relacionamiento de libre
comercio, para que esto ocurra, es necesario que en los países que intervienen
en las transacciones o intercambios, cada uno se especialice de acuerdo con las
pautas de las ventajas comparativas (Teoría de Ricardo), mejorando de esta
manera su economía con la ampliación de las fronteras de posibilidades de
producción (FPP) y con ello, los ingresos de sus trabadores al emplear mayor
mano de obra (Tugones, 2012, p. 35).
El precio de la mano de obra
también ingresa al juego de la oferta y la demanda, donde es más costosa cuando
escasea y más barata cuando abunda. Mirando desde esa perspectiva, el libre
comercio es beneficioso cuando contribuye a que un país emplee la abundante
mano con que cuenta para producir un bien en condiciones de precios y calidad
competitivas y haga que con los ingresos por exportaciones que obtiene esa
Nación, mejore la distribución de la renta y eleve la calidad de vida de sus
trabajadores (Tugones, 2012, p. 55).
Si un país abre sus fronteras al libre
comercio sin estar preparado para hacer frente a la competencia de los
productos venidos de afuera (tecnología obsoleta, productos más caros),
induciendo a que su población consuma bienes importados por ser más baratos, condena a la mano de obra abundante no
calificada de su país a una más mísera situación de pobreza (Tugones, 2012, p.
55).
También se puede dar el ingreso de
inversión extranjera con equipos de última generación, que no contribuiría al
uso intensivo de mano de obra no especializada, pero que sí contrataría a corto
plazo mano de obra especializada, dando oportunidad con la movilidad de
factores a largo plazo al desplazamiento de la mano de obra no especializada a
adquirir especialización para incorporarse como trabajador mejor cualificado en
los niveles de mayor salario (Tugones, 2012, p. 56).
Con relación a las ventajas comparativas, esta
indica que cada país debe especializarse en lo que mejor sabe hacer, logrando
de esta manera el binomio ganador “especialización + intercambio” muy contrario
a los patrones de la autosuficiencia o autarquía implantada en las economías de
los países con modelos proteccionistas (Tugones, 2012, p. 34).
Por ejemplo:
Sin un país A cuenta con mano de
obra poco especializada en abundancia y mucha tierra, debe especializarse en
producir alimentos. Si un país B cuenta con tecnología, mucha tierra, pero mano
de obra especializada cara, debe especializarse en producir bienes intensivos
en mano de obra calificada; en el intercambio comercial leal, ambos países
saldrían beneficiados; como en el caso, México y EE. UU. (Tugones, 2012, p.
32).
Conclusiones
Conceptualmente, se puede apreciar
que una gestión de bienestar en los países en vías de desarrollo no es tan
difícil como la realidad presenta; no obstante, para aplicar estas recetas, es
necesario no solo de la voluntad y la ética de los que administran país y
contar con el apoyo comprensivo de las instituciones supranacionales; sino
también, de una ardua preparación de su población ya que cada país debe contar
con una especialización robusta tal como los resuelve el modelo de la ventaja
comparativa, permitiéndose tener bajo control de todo aquello que involucra la
teoría de la dotación de factores de Heskscher y Ohlin como es la tierra, el
trabajo, el capital humano, la tecnología, gustos; con cuyo dominio de factores,
lograr exceder las necesidades que tiene la nación y exportar esos excedentes
compitiendo con lo que mejor sabe hacer y mejorando de esta manera el comercio
ampliado y con ella la distribución de la renta y sus propios destinos.
Referencias
Parkin, M. &
Loria, E. (2010). Macroeconomía.
Pearson Educación, México.
Pulecio Franco, J.
(2006). Comercio Internacional y la
Distribución de la Riqueza. EUMED,
Biblioteca Virtual. Enciclopedia de Economía EMVI, Universidad de Zaragoza.
Tugores, J. (2012). Economía Internacional: Globalización e Integración Regional. McGraw-Hill
No comments:
Post a Comment