Tuesday, June 26, 2018

Libre Comercio y Salario de los Trabajadores


Las marcadas desigualdades en la distribución de la riqueza de los países emergentes dan pie a la hipótesis de que el libre comercio contribuye a la profundización de la brecha; sin embargo, los defensores a la libre movilidad internacional del comercio continúan a través de los resultados de las investigaciones explicando que la reducción de la pobreza solo se puede dar con el crecimiento económico y para ello, es necesario destrabar el comercio internacional (Pulecio Franco, 2006).
            En este sentido, si bien el comercio internacional basada en la ventaja derivada de la diferencia en la dotación de factores aporta con una ganancia del consumo agregado (relación positiva y estable entre el consumo y el ingreso), para el Economista Pulencio Franco (2006), este beneficio no siempre llega de forma directa a toda la sociedad; razón comprobada, al observar que los trabajadores no calificados en los países en vías de desarrollo alcanzan una mejoría en sus ingresos a un grado mayor que los trabajadores calificados cuando crecen las exportaciones de bienes que utilizan mano de obra intensiva, aunque la mano de obra calificada, relativamente, siempre estará mejor pagada (Pulencio Franco, 2006).
            En este contexto, existen el término de rendimientos decreciente mediante el cual la tasa salarial tenderá a su igualación, dado que el factor móvil o insumo variable (Labor), buscará siempre desplazarse desde el puesto con salarios más bajos hacia los puestos con salarios más altos, hasta que la ley de la oferta y la demanda encuentre su equilibrio (Parkin & Loria, 2010, p. 55).
             En este sentido, el Doctor en Economía de la Universidad de Zaragoza, Pulencio Franco (2006) afirma, que existe un mayor beneficio relativo para los trabajadores no calificados al liberar la economía y aumentar las exportaciones de un bien; esta conceptualización, también coincide con la de Juan Tugones (2012) cuando explica la ventaja comparativa en la producción, mediante el cual un país con mano de obra intensiva no calificada de lograr que la demanda de su producto aumente con el comercio internacional, también logra mejores ingresos que benefician a sus trabajadores (p. 52).
            En los países con capital, pero con poca mano de obra no calificada, comparado a naciones con mano de obra intensiva y salarios bajos, se benefician adquiriendo bienes a menor precio relativo, reduciendo en poca significancia las oportunidades de trabajo de los trabajadores especializados de su país; sin embargo, compensados al tiempo de comprar bienes producidos a menor precio (Tugones, 2012, p. 47).
            En el relacionamiento de libre comercio, para que esto ocurra, es necesario que en los países que intervienen en las transacciones o intercambios, cada uno se especialice de acuerdo con las pautas de las ventajas comparativas (Teoría de Ricardo), mejorando de esta manera su economía con la ampliación de las fronteras de posibilidades de producción (FPP) y con ello, los ingresos de sus trabadores al emplear mayor mano de obra (Tugones, 2012, p. 35).
            El precio de la mano de obra también ingresa al juego de la oferta y la demanda, donde es más costosa cuando escasea y más barata cuando abunda. Mirando desde esa perspectiva, el libre comercio es beneficioso cuando contribuye a que un país emplee la abundante mano con que cuenta para producir un bien en condiciones de precios y calidad competitivas y haga que con los ingresos por exportaciones que obtiene esa Nación, mejore la distribución de la renta y eleve la calidad de vida de sus trabajadores (Tugones, 2012, p. 55).
            Si un país abre sus fronteras al libre comercio sin estar preparado para hacer frente a la competencia de los productos venidos de afuera (tecnología obsoleta, productos más caros), induciendo a que su población consuma bienes importados por ser más baratos,  condena a la mano de obra abundante no calificada de su país a una más mísera situación de pobreza (Tugones, 2012, p. 55).
             También se puede dar el ingreso de inversión extranjera con equipos de última generación, que no contribuiría al uso intensivo de mano de obra no especializada, pero que sí contrataría a corto plazo mano de obra especializada, dando oportunidad con la movilidad de factores a largo plazo al desplazamiento de la mano de obra no especializada a adquirir especialización para incorporarse como trabajador mejor cualificado en los niveles de mayor salario (Tugones, 2012, p. 56).
             Con relación a las ventajas comparativas, esta indica que cada país debe especializarse en lo que mejor sabe hacer, logrando de esta manera el binomio ganador “especialización + intercambio” muy contrario a los patrones de la autosuficiencia o autarquía implantada en las economías de los países con modelos proteccionistas (Tugones, 2012, p. 34).
Por ejemplo:
            Sin un país A cuenta con mano de obra poco especializada en abundancia y mucha tierra, debe especializarse en producir alimentos. Si un país B cuenta con tecnología, mucha tierra, pero mano de obra especializada cara, debe especializarse en producir bienes intensivos en mano de obra calificada; en el intercambio comercial leal, ambos países saldrían beneficiados; como en el caso, México y EE. UU. (Tugones, 2012, p. 32).
Conclusiones
            Conceptualmente, se puede apreciar que una gestión de bienestar en los países en vías de desarrollo no es tan difícil como la realidad presenta; no obstante, para aplicar estas recetas, es necesario no solo de la voluntad y la ética de los que administran país y contar con el apoyo comprensivo de las instituciones supranacionales; sino también, de una ardua preparación de su población ya que cada país debe contar con una especialización robusta tal como los resuelve el modelo de la ventaja comparativa, permitiéndose tener bajo control de todo aquello que involucra la teoría de la dotación de factores de Heskscher y Ohlin como es la tierra, el trabajo, el capital humano, la tecnología, gustos; con cuyo dominio de factores, lograr exceder las necesidades que tiene la nación y exportar esos excedentes compitiendo con lo que mejor sabe hacer y mejorando de esta manera el comercio ampliado y con ella la distribución de la renta y sus propios destinos. 
Referencias
Parkin, M. & Loria, E. (2010). Macroeconomía. Pearson Educación, México.
Pulecio Franco, J. (2006). Comercio Internacional y la Distribución de la Riqueza.  EUMED, Biblioteca Virtual. Enciclopedia de Economía EMVI, Universidad de Zaragoza.

Tugores, J. (2012). Economía Internacional: Globalización e Integración Regional.  McGraw-Hill

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