Los parques
nacionales son áreas protegidas relativamente extensas, donde existen uno o
varios ecosistemas; es decir, un conjunto de componentes físicos y biológicos
que interactúan con cualquier otro elemento de su entorno local, no alterados
significativamente por la acción humana, capaces de perpetuarse en lo que
respectas a las especies de flora, fauna, hábitat y formaciones geomorfológicas
(relieve). Estas zonas, son muy apreciadas por sus bellezas escénicas,
despertando un especial interés educativo, científico y recreativo.
Los parques nacionales por su
disposición a perpetuarse, no requieren de la intervención del factor humano
para que ello ocurra; pero si, demandan de una atención especial en cuanto a cuidado
del medio ambiente cuando la acción humana se incorpora a su hábitat.
En condiciones normales, el factor
humano no es capaz de alterar significantemente los factores desencadenantes
bióticos y geológicos de estas zonas; debido esto, a la idoneidad natural de
reproducción que tienen estas aéreas medioambientales; sin embargo, su
explotación económica no debe estar permitido, excepto cuando se trata de
turismo, que se ejercerá en sujeción a reglamentaciones especificas ya que se
trata de interés educativo, científico y recreativo.
No debe permitirse la promoción y desarrollo
de asentamiento humanos en las zonas protegidas, en la medida que no resulte
compatible con los fines específicos de conservación de los sistemas ecológicos
y mantenimiento. La protección a la reserva y conservación de la fauna debe ser
condición prioritaria de existir asentamientos humanos que rompan con el
equilibrio natural de la zona protegida.
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