La IED para los países que buscan desarrollarse,
se puede decir que es beneficioso desde el punto de vista de flujos de capital
como también de transferencia de tecnología que aplicada a sectores afines
contribuyen al fortalecimiento de conocimientos del capital humano de la
industria; sin embargo, en la gestión se tiene que ser cauto al tiempo de abrir
las puertas de un país a la avalancha de capitales cuyo objetivo empresarial es
el de posesionarse de los factores estratégicos del país anfitrión sobre todo
en la etapa de los factores básicos en el que el que el país anfitrión no tiene
poder negociador sobre todo frente a transnacionales de gran tamaño y poder económico.
En estas circunstancias de desniveles reales en
que se enfrentan las necesidades de desarrollo por un lado y la angurria de mantener
un poder económico por el otro, los costos para el país anfitrión de aceptar
una inversión extranjera directa rondaría en una perdida percibida de soberanía y autonomía
nacional, además de la desaparición de su empresariado nacional incipiente y un
efecto adverso en su balanza de pagos con el consiguiente rechazo o condena
social. Aunque la mejor forma de suavizar los efectos adversos ante los
conciudadanos sean la reducción de los índices de desempleo, mejora en los
ingresos, mejora al acceso a los mercados de exportación; lo cierto es, que
mientras el elemento humano del país anfitrión se encuentre en inferioridad de
condiciones, el tratamiento ventajoso igualitario entre ambas partes no podrá
darse conforme a lo idílicamente soñado. La solución a esta realidad esta en el
fortalecimiento del activo humano en los países del tercer mundo que
paradójicamente son ricos en recursos naturales pero inmensamente pobres en su
capital humano. En este contexto, el ejemplo mas plausible y digno de emularse se encuentra en el Japón, que en un pequeño
territorio volcánico construyo un imperio económico basado en los más valioso
que tiene…su gente.
JLB.
Bibliografía
Roldan, A. (2013) Negocios Internacionales: Política económica de la inversión extranjera
directa.
The
McGraw-Hill Companies, Inc.
Ramírez, A. (2002) Inversión económica directa en México: Determinantes y pautas de
localización.
Departamento
de Economía Aplicada. Bellaterra, Barcelona.
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