Escuchar
es aprender y un acto de cortesía que provee al individuo de mas conocimientos,
partiendo de esta premisa, podemos entender cuán importante es para una persona
el saber escuchar; lo primero que se aprende es lo que se ha estado perdiendo
por prestar atención a una charla cualquiera en lugar de poner la atención
debida a la disertación de un profesor ¿no han experimentado alguna vez o
muchas veces los efectos que causa la distracción en vez de prestar la atención
a escuchar? Escuchar modela las virtudes de la paciencia, la calma y la
conciencia; trayendo alegría, valor y sentido al interior de una persona, por
otro lado, en el acto puro de escuchar, se le está dando vida a las
experiencias y las palabras del que habla – el orador.
La
importancia de saber escuchar, repercute en el orador al saber este, que el
oyente valora lo que él dice, lo que piensan y dicen sobre él. Todas las personas
quieren ser escuchadas, a veces inclusive es lo único que realmente quieren de
los demás. El regalo más grande para un orador, es la atención que se le puede
prestar, mirarlo y escuchar atentamente
lo que tiene que decir es la recompensa que todo disertante espera conseguir
del oyente.
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